Las preocupaciones económicas son un tema que afecta a todos, pero, cuando se trata de mujeres, las dificultades económicas pueden tener características y desafíos específicos, Vividora.
Según la segunda entrega de resultados del I Estudio “Mujeres e Incertidumbre” del Observatorio Vividoras, un 71% de las mujeres encuestadas considera que, para el mismo trabajo, su salario es inferior al de los hombres. Estos resultados reflejan la percepción de desigualdad en los salarios, pero también hay otras cuestiones relacionadas con el trabajo, el ahorro y la estabilidad económica que preocupan a muchas mujeres.
En Vividoras, te contamos qué nos dijeron varias mujeres al conocer los titulares más destacados de la segunda entrega de resultados del I Estudio “Mujeres e incertidumbre”.
Preocupaciones financieras comunes entre las mujeres
Desde encontrar un trabajo estable hasta lograr pagar una vivienda decente, las preocupaciones económicas son recurrentes entre las mujeres. Un testimonio común que aparece en varias entrevistas es la dificultad para acceder a una vivienda. Las mujeres jóvenes, especialmente, se enfrentan a altos precios de alquiler y la presión de tener trabajos precarios que no les permiten tener un nivel de vida acorde con sus expectativas, o necesidades. Una de las entrevistadas menciona que la comida también está cara en España, lo que añade una carga extra a la economía diaria.
Este tipo de preocupaciones es compartido por muchas mujeres, quienes, a pesar de tener empleos, no logran salir adelante sin la ayuda de sus padres o parejas. La falta de un trabajo estable o bien remunerado sigue siendo uno de los obstáculos más grandes en el camino hacia la independencia económica.
La brecha salarial: ¿realidad o mito?
El 71% de las españolas considera que las mujeres siguen cobrando menos que los hombres. Esta realidad se ha convertido en un tema de debate constante en el ámbito laboral. Las mujeres, aun ocupando los mismos puestos que los hombres, siguen recibiendo salarios más bajos en muchos casos. La mayoría de las entrevistadas, así nos confirman. Esto se debe en parte a la escasa representación femenina en puestos de dirección y ejecutivos, donde predominan los hombres, lo que agrava la brecha salarial.
En las entrevistas realizadas, muchas mujeres coincidieron en que, aunque en algunos casos se logre una igualdad en la formación o capacidades, el factor del género sigue afectando el salario y las oportunidades profesionales.
Lo más valorados en el trabajo
Cuando se les preguntó a las mujeres qué factores valoran más en el trabajo, muchas destacaron la importancia de un salario decente y una buena conciliación laboral. La capacidad de equilibrar las responsabilidades laborales con la vida personal y familiar es clave para ellas. A menudo, las mujeres enfrentan dificultades adicionales para lograr este balance, ya que en muchas ocasiones no se respeta su tiempo personal o se les discrimina por pedir flexibilidad laboral para cuidar a sus hijos (o incluso se da por hecho que, por tener hijos, tu tasa de ausentismo será muy alta). La presión por cumplir con los estándares laborales sin poder contar con una estructura de apoyo puede hacer que las mujeres se sientan limitadas en su desarrollo profesional.
Además de un salario justo y la conciliación, muchas mujeres valoran el ambiente laboral. Un jefe/a comprensivo y compañeros/as de trabajo solidarios son factores importantes para que el trabajo se convierta en una experiencia más llevadera y motivadora. De acuerdo con las respuestas obtenidas en las diversas entrevistas, un buen ambiente de trabajo influye significativamente en la satisfacción laboral de las mujeres.
Ahorros y planificación de la jubilación
Un aspecto preocupante es que el 84% de las mujeres no tienen un plan de ahorro o de jubilación a largo plazo, Vividora, y la falta de ingresos estables o ahorros dificulta la capacidad de planificar el futuro financiero. Algunas mujeres mencionan que, en la actualidad, no tienen idea de cómo organizar su ahorro, ya que muchas viven en situaciones precarias o de dependencia económica. Sin embargo, otras entrevistadas señalaron que son conscientes de la necesidad de establecer un plan de ahorro para garantizar su estabilidad financiera a largo plazo.
Algunas mujeres mencionan que, aunque aún no tienen un plan formal de jubilación, sí intentan administrar lo poco que ganan, ahorrando un pequeño porcentaje de sus ingresos. La idea es asegurarse de tener algo guardado para situaciones imprevistas, pero sin un plan estructurado ni una visión clara para la jubilación.
Si la situación económica mejorara, ¿qué harían las mujeres?
En las entrevistas, las mujeres con las que charlamos un ratito compartieron lo que harían si tuvieran una situación económica más desahogada. La mayoría de las respuestas incluyen el deseo de viajar, independizarse y comprar una casa propia. Estas metas reflejan el deseo de autonomía financiera y la importancia de poder vivir sin depender de otros.
Otras mencionaron que invertirían en bienes inmobiliarios, con la esperanza de generar ingresos pasivos. Además, algunas expresaron su deseo de ayudar a causas benéficas, invirtiendo su dinero para contribuir a la mejora de las condiciones de vida de las personas menos favorecidas. Este deseo de ayudar a los demás refleja un fuerte compromiso social y un sentido de responsabilidad, además de la importancia de invertir en el bienestar colectivo.
La importancia del desarrollo profesional
Casi todas las mujeres entrevistadas coincidieron: si me das a elegir, me quedo con la carrera profesional. El desarrollo profesional es un aspecto fundamental para muchas mujeres, quienes valoran la posibilidad de crecer y ascender dentro de sus campos laborales. A pesar de las dificultades y la brecha salarial, el desarrollo profesional es una prioridad, incluso lo puntúan entre 7 y 10 en la escala de importancia.
La carrera profesional es vista como un motor de independencia económica y realización personal, aunque muchas admiten que la maternidad o las responsabilidades familiares pueden ser un obstáculo para alcanzar sus objetivos profesionales. No obstante, Vividora, las entrevistadas coinciden en que sería ideal poder equilibrar ambos aspectos, sin que uno interfiera con el otro.
Las preocupaciones económicas de las mujeres en España son variadas y complejas. La brecha salarial sigue siendo una barrera importante, aunque muchas luchan por mejorar sus condiciones de trabajo y alcanzar una mayor estabilidad financiera. Las Vividoras valoran enormemente un salario justo, un ambiente de trabajo positivo y la posibilidad de conciliar su vida personal con sus responsabilidades laborales.
A pesar de los desafíos, muchas mujeres están decididas a tomar el control de su futuro económico, explorando opciones de ahorro y planificación para la jubilación.
El Observatorio Vividoras se está convirtiendo en una herramienta esencial para comprender las incertidumbres que enfrentan las mujeres en España, sean de la índole que sean. A medida que surgen más datos y se visibilizan más las preocupaciones de las mujeres, queda claro que el trabajo ha de ser colectivo y no individual, por el bienestar pleno de todos.