Vividora, ¿crees que las mujeres cobran más que los hombres o que todos cobramos igual sin importar el género? Pues según los resultados del segundo bloque del I Estudio “Mujeres e Incertidumbre” del Observatorio Vividoras, la disparidad salarial continúa siendo una preocupación importante para las mujeres en España. Un 71% de ellas cree que, por el mismo trabajo, cobran menos que los hombres. Esta cifra sube al 75,2% entre las mujeres mayores de 45 años, lo que refleja cómo la percepción de desigualdad aumenta con la edad.
El estudio, que involucró a hombres y mujeres de diferentes rangos de edad, pone en evidencia las incertidumbres que las mujeres enfrentan no solo en términos salariales, sino también en otros aspectos del entorno laboral, como el acoso y las barreras profesionales relacionadas con la maternidad.
Desigualdad salarial y discriminación laboral
Este informe va más allá de la disparidad salarial. Entre las mujeres de 35 a 44 años, una de cada tres ha experimentado gritos o faltas de respeto por parte de sus superiores o compañeros, el 14% ha sufrido acoso laboral y el 8% ha sido víctima de acoso sexual. Unos datos demoledores, Vividora… Además, resulta que en la época que vivimos, la educación y la formación aparecen como herramientas cruciales para identificar y combatir estas situaciones, siendo las mujeres más formadas las que reconocen más los comportamientos discriminatorios en el entorno laboral.
Un factor determinante para nosotras parece ser la maternidad. El 24% de las madres con hijos menores de edad afirma que su carrera profesional ha sido perjudicada por su rol de madres, lo que añade una capa más de complejidad a la ya difícil conciliación entre la vida personal y profesional. Las madres enfrentan desafíos adicionales como la falta de flexibilidad laboral, que muchas veces las obliga a priorizar la familia sobre su desarrollo profesional, lo que afecta su avance en la carrera.
El ambiente laboral y la estabilidad son claves para las mujeres
El estudio también destaca que las mujeres valoramos más el ambiente laboral y la estabilidad, mientras que los hombres priorizan el salario. Para el 49,5% de las mujeres, trabajar en un buen ambiente es el factor más valorado, seguido por la retribución salarial (48,7%) y la estabilidad laboral (36%). En el caso de las madres, la flexibilidad para conciliar trabajo y familia es aún más crucial, por encima incluso del salario.
Este enfoque en la calidad del entorno laboral no solo ayuda a mejorar la satisfacción de las mujeres en sus trabajos, sino que también contribuye a su bienestar emocional y mental. Un buen ambiente laboral es fundamental para que las mujeres sientan que sus contribuciones son valoradas y que pueden crecer profesionalmente sin comprometer su vida personal.
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Preocupaciones financieras: la independencia económica y la jubilación
Aunque las mujeres son reconocidas por sus habilidades en la economía del hogar, según el Observatorio Vividoras, somos también más pesimistas respecto a la situación financiera. Solo el 49% de las mujeres consideramos que su situación es buena o excelente, frente al 54% de los hombres. Esta percepción empeora significativamente para las mujeres que dependen únicamente de sus propios ingresos, alcanzando solo un 42%. Esto hace ver que hay una clara vulnerabilidad económica, que se agrava en los casos donde las mujeres son responsables únicas de su sustento financiero.
El estudio también refleja una falta de preparación para el futuro financiero entre las mujeres. El 84% no cuenta con un plan para la jubilación o una estrategia de ahorro a largo plazo. Las principales preocupaciones financieras para las mujeres son asegurar una buena jubilación, no perder su independencia económica por la pérdida del empleo o ingresos, y mantener la capacidad de ahorrar.
Para las más jóvenes, la preocupación principal es la independencia económica, mientras que, a partir de los 45 años, la prioridad pasa a que queremos disfrutar de una buena jubilación. Las mujeres con estudios universitarios o superiores suelen ser más conscientes de la necesidad de planificar su futuro económico, pero, aun así, muchas de ellas no han tomado medidas suficientes para garantizar su estabilidad a largo plazo.
Sueños y prioridades si no tuvieran que preocuparse por el dinero
Porque nos encanta soñar, Vividora, en un escenario ideal, en el que no existieran preocupaciones económicas, el 50% de las mujeres invertiría en viajes, mientras que aquellas con hijos pequeños priorizarían la educación de sus hijos. Las mujeres jóvenes optarían por mejorar su calidad de vida, invertir en ocio, bienestar y cambiar de vivienda. Las más mayores, en cambio, pensarían más en su jubilación y en dejar de trabajar.
Emma Ruíz de Azcárate, directora de Clientes y Marketing de Pelayo Seguros, subraya la importancia de avanzar en políticas públicas y corporativas para asegurar la igualdad de oportunidades: “En Pelayo queremos comprender y hablar de lo que realmente preocupa a las mujeres. Esperamos que este estudio visibilice estas incertidumbres y genere un cambio real en la sociedad“.