Vividora, ¿sabías que una de cada cuatro mujeres en España ha sufrido violencia de género? Sí, es una cifra impactante. Según el I Estudio “Mujeres e Incertidumbre” del Observatorio Vividoras, el 23% de las mujeres ha sido víctima de agresión o maltrato físico o psicológico. Este dato se suma a una realidad preocupante: casi la mitad de las españolas cree que existe una problemática de género grave o muy grave en la sociedad española, y que no sólo no desaparece, sino que va en aumento.
Uno de los resultados que más nos ha impactado es que tanto hombres como mujeres en España perciben que las mujeres están en riesgo de sufrir violencia de género. Sin embargo, ¿por qué es particularmente preocupante? Pues porque son las mujeres más jóvenes las que se sienten más vulnerables ante esta amenaza, y este temor está respaldado por cifras alarmantes: en 2024, el número de víctimas de violencia machista asciende a 47. Estas cifras, que reflejan no solo la violencia física, sino también la violencia psicológica, económica, patrimonial o en las redes sociales, son un recordatorio constante de que la violencia de género sigue siendo una realidad preocupante en España.
¿Qué es la Violencia de Género?
La violencia de género es cualquier acto de violencia ejercido contra una mujer por el simple hecho de serlo, y generalmente es perpetrado por hombres que son o han sido sus parejas. La Ley Integral contra la Violencia de Género de 2004 en España define claramente que esta violencia puede ser física, psicológica, sexual, económica o de control. No solo abarca los casos dentro de una relación sentimental actual, sino que también incluye situaciones en las que la relación haya finalizado. Este aspecto es clave para entender la magnitud del problema, ya que muchas víctimas continúan sufriendo incluso después de haberse separado de sus agresores.
Además, es importante no confundir la violencia de género con la violencia doméstica. La violencia de género está específicamente relacionada con la violencia ejercida por hombres contra mujeres, mientras que la violencia doméstica se refiere a cualquier tipo de violencia que se da dentro del entorno familiar, independientemente del género de las personas involucradas. Es fundamental que ambas sean abordadas con seriedad, pero con una clara distinción en términos legales y de atención.
Una preocupación creciente entre las más jóvenes
Los datos son aún más alarmantes en las menores de 35 años, la franja de edad que se muestra más concienciada con la violencia de género. Ellas creen que la probabilidad de sufrir agresiones psicológicas, físicas o sexuales es alta.
Vividora, estas cifras no solo nos hablan de la realidad que enfrentan muchas mujeres, sino también de la necesidad urgente de generar entornos más seguros y de acabar con las desigualdades de género, presentes en muchos sectores de la sociedad.
Las barreras profesionales también pesan
El entorno laboral es considerado uno de los principales focos de desigualdad. El estudio muestra que tres de cada cuatro mujeres creen que tienen más dificultades para desarrollarse profesionalmente que los hombres. Además, la brecha salarial sigue estando muy presente en España, ya que el 71% considera que las mujeres siguen cobrando menos por hacer el mismo trabajo, una percepción que parece que no cambia con el paso de los años.
¿La formación podría ser una solución? Tal vez, pero resulta que las mujeres con estudios universitarios también se enfrentan a multitud de obstáculos para acceder a una educación continua, un factor que impacta negativamente en sus oportunidades laborales y que limita su crecimiento profesional en un mundo cada vez más competitivo.
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La maternidad: ¿un obstáculo para encontrar trabajo?
Vividora, ¿te sorprende que la maternidad todavía sea un tema tan complejo en el ámbito profesional? Pues parece que para la mayoría de las mujeres españolas sigue siendo todo un desafío, ya que, según el estudio, el 80% de las mujeres en edad de ser madres cree que la maternidad puede ser una barrera para acceder a un empleo o desarrollar su carrera profesional. Este dato no solo pone de manifiesto la falta de políticas de conciliación, sino también una creencia que persiste en el entorno laboral: ser madre aún puede considerarse un problema en el currículum. Desgraciadamente, aún hay entrevistas de trabajo en las que muchas mujeres que rondan la treintena tienen que soportar preguntas del tipo: ¿tienes hijos? O peor aún: ¿piensas tenerlos?
Además, el cuidado doméstico sigue recayendo principalmente en las mujeres. El 84% de las encuestadas asegura que ellas continúan siendo las responsables del cuidado familiar, lo que dificulta aún más la conciliación entre la vida personal y profesional.
El cuidado doméstico y familiar: una carga que sigue sin estar repartida
Vividora, ¿te has preguntado cuánto ha cambiado el reparto de responsabilidades en el hogar? Pues parece que no demasiado. El 84% de las mujeres que han participado en el estudio cree que ellas siguen siendo las principales responsables del cuidado doméstico y familiar. Este desequilibrio implica no solo más horas dedicadas a las tareas del hogar, sino también menos tiempo para formación, progresar en sus carreras, aumentar sus ingresos o, simplemente, encontrar tiempo para ellas mismas.
¿Y ahora, qué hacemos?
Emma Ruíz de Azcárate, directora de Clientes y Marketing en Pelayo Seguros, destaca la importancia de actuar y encontrar soluciones: “Es necesario impulsar medidas de concienciación y formación para abordar la desigualdad y construir un entorno donde todas las personas se sientan seguras. En Pelayo seguiremos impulsando acciones que inspiren el cambio.”
Porque sí, Vividora, aunque los datos sean preocupantes, visibilizar estas realidades es el primer paso para cambiarlas. La desigualdad, ya sea en el ámbito personal, profesional o doméstico, no puede seguir siendo la norma. Hablar de ello, visibilizar el problema y buscar soluciones es la clave para avanzar juntas hacia un futuro donde estas cifras sean cosa del pasado.
Combatir la violencia de género es una responsabilidad colectiva. Cada uno de nosotros, como individuos y como sociedad, debemos estar atentos a las señales de maltrato en nuestro entorno y ser capaces de ofrecer apoyo a quienes lo necesitan. Ya sea a través de la intervención directa, proporcionando información sobre recursos como el 016, o simplemente ofreciendo un espacio seguro para hablar, la solidaridad es fundamental para erradicar esta violencia.
La lucha contra la violencia de género no puede ser solo de las víctimas. Necesitamos que toda la sociedad se involucre, apoyando a las mujeres que viven estas situaciones y exigiendo medidas más eficaces de protección. El aumento de las cifras de violencia de género es una llamada a la acción.
Si estás en riesgo o conoces a alguien que lo está, no dudes en llamar al 016 o acude a los servicios de emergencia en el 112. Tu seguridad y bienestar son lo más importante. Juntas, podemos crear un entorno libre de violencia para todas.
¿Tú también quieres ser parte del cambio? Descárgate el informe y participa en la creación de conciencia social.
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