
Pagar el alquiler o la hipoteca, las facturas del agua o la luz o las clases extraescolares de los más pequeños de la casa son algunas de las preocupaciones económicas más habituales en los hogares españoles. Sin embargo, las mujeres tienen que enfrentarse a otros desafíos adicionales como es la discriminación o la brecha salarial de género.
Parece que este debate de que las mujeres cobran menos que los hombres por realizar el mismo trabajo sigue siendo una tarea pendiente. Así lo reflejan los resultados del estudio del Observatorio Vividoras, según el cual el 71% de las mujeres considera que sus salarios son inferiores a los de los hombres por desempeñar el mismo trabajo. Esta cifra aumenta hasta el 75,2% entre las mujeres mayores de 45 años, lo que refleja cómo la percepción de desigualdad aumenta con la edad.
Pero ¿qué implica realmente esta desigualdad y cómo impacta tu vida, Vividora?
¿Qué es la brecha salarial?
La brecha salarial de género se define como la diferencia entre los ingresos brutos medios por hora de los hombres asalariados frente a los de las mujeres, en porcentaje de la renta bruta masculina. Se trata de la diferencia en los ingresos promedio entre hombres y mujeres. No solo implica que las mujeres ganen menos que los hombres en un mismo puesto de trabajo, sino que también supone una menor representación femenina en posiciones de liderazgo y la concentración de las mujeres en sectores tradicionalmente menos remunerados. Esta situación refleja una combinación de factores sociales, culturales y estructurales que perpetúan la desigualdad.
El estudio del Observatorio Vividoras refleja que la mayoría de las mujeres, a pesar de tener formación superior o capacidad para desarrollar una actividad profesional, sienten que sus oportunidades profesionales y salariales están limitadas por prejuicios de género.
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La brecha salarial de género: ¿sigue siendo una realidad en España?
Aunque la lucha por reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres continúa siendo una prioridad en España, las cifras continúan siendo muy desiguales.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario bruto medio anual en España fue de 26.948,87 euros por trabajador en 2022. La ganancia media de los hombres creció un 3,5% hasta 29.381,84 euros, y la de las mujeres aumentó un 5,1% hasta 24.359,82 euros. En cuanto a la distribución salarial, el 24,2% de las mujeres tuvo un salario anual menor o igual que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2022, frente al 10,3% de los hombres. Tal y como indican desde el INE, en esta situación influyó el mayor porcentaje de mujeres que trabajaron con contratos a tiempo parcial.
¿Qué dicen los expertos sobre brecha salarial de género?
Expertos en temas laborales destacan la importancia de aplicar el principio de transparencia salarial, cuyo objetivo es detectar discriminaciones directas o indirectas, especialmente por evaluaciones incorrectas de los puestos de trabajo. El principio de transparencia salarial consiste en que las empresas deben proporcionar información clara y suficiente sobre cómo se determinan los salarios de los trabajadores. Debe existir una justificación objetiva y legítima acerca de por qué un sueldo es menor cuando se está desarrollando un trabajo de igual valor a otro mejor pagado.
En la segunda entrega del estudio del Observatorio Vividoras, en el que hablamos sobre preocupaciones de las mujeres en el ámbito laboral, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Susana Gómez Foronda, experta en experta en cultura, liderazgo y talento. Entre sus principales conclusiones, afirmó que “la brecha salarial existe y es un dato. Lo difícil de opinar es cuál es esa brecha salarial […], pues yo me he encontrado datos que van desde el 71% hasta el 91%, que es una diferencia muy grande”.
Pensiones más bajas y riesgo de pobreza en la vejez: Efectos de la brecha salarial
La brecha salarial implica que las mujeres obtienen menos ingresos a lo largo de su vida, lo que se traduce, además, en que cuentan con unas pensiones más bajas y un mayor riesgo de pobreza cuando se hacen mayores.
Una de las conclusiones más alarmantes del estudio del Observatorio Vividoras es que el 84% de las mujeres no tienen un plan de ahorro o de jubilación a largo plazo, lo cual dificulta la capacidad de planificar el futuro financiero. Este panorama obliga a muchas mujeres a depender económicamente de sus parejas o familiares, lo que limita su independencia financiera y su capacidad para tomar decisiones vitales de manera autónoma. Además, las dificultades para acceder a un empleo estable y bien remunerado agravan las desigualdades, perpetuando un ciclo de vulnerabilidad económica.
Algunas de las mujeres entrevistadas en la segunda entrega del estudio del Observatorio Vividoras, señalaron que, aunque aún no tienen un plan formal de jubilación, sí intentan administrar lo poco que ganan, ahorrando un pequeño porcentaje de sus ingresos. La idea es asegurarse de tener algo guardado para situaciones imprevistas, pero sin un plan estructurado ni una visión clara para la jubilación.
¿Qué podemos hacer para conseguir la igualdad salarial?
A pesar de estos retos a los que te enfrentas, Vividora, la lucha por cerrar la brecha salarial continúa. Dentro de las medidas clave para avanzar hacia la igualdad, destacan dos herramientas: la educación y la sensibilización de la sociedad, fundamentales para combatir los estereotipos de género y promover una cultura empresarial inclusiva.
También existen mecanismos como la adopción de políticas de conciliación, fomentando horarios flexibles y permisos parentales igualitarios para equilibrar las responsabilidades familiares, así como el antes mencionado principio de transparencia salarial, que obliga a las empresas a publicar las escalas salariales para garantizar que los sueldos sean equitativos.
En todo caso, hace falta un cambio colectivo. Como Vividoras, es importante continuar visibilizando estas problemáticas y exigir medidas concretas para alcanzar la igualdad real. Desde Vividoras, seguimos comprometidas en generar conciencia y proporcionar herramientas que permitan a las mujeres tomar el control de su futuro económico
Porque, como siempre decimos: el trabajo por la igualdad es una tarea de todas y todos. Y sí, Vividora, juntas podemos cerrar esta brecha.