Tabla de Contenidos
En España, el sistema de acogida de menores es una realidad que afecta a miles de familias y niños cada año. Según el INE, existen distintas modalidades de protección a la infancia, y solo en 2024, comunidades como Andalucía, Baleares o Canarias han acogido a cientos de menores migrantes no acompañados, con un sistema que, pese a los retos, busca ofrecer una oportunidad de futuro y estabilidad a quienes más lo necesitan. Detrás de cada cifra, Vividora, hay historias de mujeres y familias que deciden abrir su hogar y su corazón, demostrando que la maternidad va mucho más allá de la biología.
¿Qué es la acogida y en qué se diferencia de la adopción?
La acogida es una medida de protección temporal para menores que, por diversas circunstancias, no pueden vivir con su familia de origen. A diferencia de la adopción, donde el vínculo legal y familiar es permanente y el menor pasa a formar parte de la nueva familia con todos los derechos, la acogida puede ser temporal, de urgencia o permanente, pero siempre está orientada a proteger al menor mientras se resuelve su situación familiar definitiva. En la acogida, la familia biológica no pierde la patria potestad y el objetivo es, siempre que sea posible, la reunificación familiar. La adopción, en cambio, implica la ruptura legal con la familia de origen y la creación de un nuevo vínculo filial.
Vínculo afectivo y miedo a no crear vínculo con el acogido
Uno de los mayores temores de quienes se plantean ser madres de acogida es la posibilidad de no lograr un vínculo afectivo profundo con el menor. Este miedo es natural: la historia previa del niño, las heridas emocionales y el hecho de que la relación no sea biológica pueden generar inseguridad. Sin embargo, la experiencia demuestra que el vínculo se construye desde la presencia, la paciencia y el respeto a los tiempos del niño. El afecto no siempre surge de inmediato, pero la convivencia, la escucha y “el estar” a diario permiten que la relación crezca y se fortalezca.
En este proceso, Vividora, es fundamental validar tanto las emociones del menor como las propias, y no forzar el proceso. Cada historia de acogida es única y merece ser vivida.
Trámites, tiempos y emociones en el proceso
El proceso de acogida implica una serie de trámites administrativos y valoraciones psicosociales para garantizar que el entorno familiar es adecuado para el menor. Los tiempos pueden variar según la comunidad autónoma y el perfil del niño, pero suelen incluir entrevistas, formación específica y visitas domiciliarias. Más allá de los papeles, el proceso está cargado de emociones: ilusión, miedo, incertidumbre y, sobre todo, una gran responsabilidad. Es habitual sentir dudas o inseguridad, pero contar con apoyo profesional y una red de otras familias de acogida con las que hablar, puede marcar la diferencia. La clave está en prepararse emocionalmente y en entender que el acompañamiento no termina con la llegada del menor, sino que es un camino de adaptación mutua.
Cómo acompañar emocionalmente a un niño de acogida (y a ti misma)
Acompañar a un niño de acogida supone estar atenta a sus necesidades emocionales y a sus posibles heridas. Muchos menores llegan con historias de abandono, pérdida o trauma, por lo que la paciencia, la comprensión y la estabilidad son esenciales. Escuchar sin juzgar, ofrecer rutinas seguras y validar sus emociones son pasos fundamentales para que el niño pueda confiar y sentirse parte del hogar.
Al mismo tiempo, es importante cuidar de ti misma: la acogida puede remover emociones profundas y generar desgaste. Buscar apoyo psicológico, compartir tus vivencias con otras madres de acogida y permitirte pedir ayuda cuando lo necesites son gestos de autocuidado imprescindibles.
En Vividoras, sabemos que la maternidad de acogida es un acto de generosidad y valentía. Por eso, el seguro Vida Mujer de Pelayo Vida pone a tu disposición servicios de psicología especializada, asistencia 24h y un asistente personal para que nunca te sientas sola en este camino.
Porque los vínculos más fuertes no siempre nacen de la biología, sino del amor y el compromiso diario.
¿Eres madre de acogida, Vividora? ¡Queremos escuchar tu historia! 💙